Botiquín de primeros auxilios
Cuando desarrollamos una larga travesía y en aquellas en las
que el grupo es numeroso; las posibilidades de que surjan determinadas
situaciones conflictivas son muy grandes. Como suele decirse "más vale
prevenir que curar", por lo que transportar un buen botiquín de primeros
auxilios puede convertirse en nuestra mejor baza.
A la hora de preparar nuestro botiquín dos factores son los
más importantes: evidentemente trataremos de que sea lo más completo posible
(nunca se sabe lo que podremos necesitar), al tiempo que la variable
"peso" no puede dejarse de lado (los recorridos son duros, llevar un
lastre mayor puede suponer un esfuerzo innecesario). En este sentido cada
elemento del botiquín debe ser elegido con buen criterio.
-Una lista muy básica adecuada de los materiales que debe
portar un botiquín es la siguiente:
Vendas.
Esparadrapos.
Algodón.
Apósitos para rozaduras.
Pomada analgésica.
Antibióticos.
Desinfectante.
Pinzas.
Tijeras.
Problemas originados por el frío
Los problemas derivados del frío son muy comunes en las
excursiones por la nieve, su origen puede estar en diferentes puntos:
Un mal equipamiento.
Una alimentación no adecuada.
Una permanencia excesiva en la nieve tras una caída.
El cansancio.
Hipotermia
Enfriamiento general del cuerpo. La temperatura cae por
debajo de los 35º, más allá de 32º se producirá el coma que puede llevar a la
muerte.
-Prevención:
Dosificar los esfuerzos realizados para evitar mojarnos con
el sudor.
Impedir el agotamiento físico.
Desabrigarse antes de realizar un esfuerzo adicional y
volver a abrigarse al finalizar.
-Síntomas:
Fatiga, física y mental.
Mala coordinación de los movimientos.
-Tratamiento:
Si tenemos la oportunidad, deberemos cambiar al afectado las
ropas que tenga húmedas por unas perfectamente secas.
Proporcionarle bebidas calientes y alimento.
En caso de que el enfriamiento esté por debajo de los 34º se
precisará de una fuente de calor adicional.
Enfriamiento de miembros
Las zonas más afectadas suelen ser las manos o los pies y en
un segundo plano el rostro. Son las partes que más sufren porque se encuentran
expuestas a una mayor pérdida de calor: no cuentan con el mismo riego sanguíneo
que el resto del cuerpo y además han de contactar más frecuentemente con la
nieve.
-Prevención:
Abrigarse de la forma correcta todo el cuerpo.
No tocar la nieve sin guantes impermeables. Tenga en cuenta
que las manoplas ofrecen un mejor abrigo y que las puntas de los dedos son las
partes que más comúnmente son afectadas por congelación.
No llevar guantes ni botas muy apretados: dificultan la
circulación de la sangre.
-Síntomas:
Pérdida de sensibilidad y de movilidad.
Si del enfriamiento se pasa a la congelación, la piel
empieza a formar ampollas y a coger un tono negruzco.
-Tratamiento:
En caso de que la parte afectada sean las manos, moveremos
los brazos enérgicamente formando círculos, con brazo y manos totalmente
estirados (este movimiento lleva rápidamente la sangre necesaria a los dedos).
Si el problema está en los pies el mejor ejercicio será el
de saltar o el de correr sin movernos del sitio.
Problemas originados por la altitud
La presión del oxígeno disminuye aproximadamente un 9% cada
1.000 metros de altura, ante estos cambios el cuerpo debe intentar adaptarse de
la mejor forma; cosa que no siempre se consigue. Cuando nuestro cuerpo se
adapta, se dice que se ha "aclimatado".
Mal de altura
Su presencia aparece en forma de un mayor cansancio, por lo
que en ocasiones no es percibido por el afectado, quien lo confunde con el
cansancio típico producido por los esfuerzos necesarios para ascender.
-Prevención:
La mejor prevención es la adaptación gradual a la altura (un
ascenso no excesivamente rápido).
-Síntomas:
Náuseas.
Mareos.
Palpitaciones.
Dificultad para conciliar el sueño.
Dolor de cabeza.
Euforia.
Tratamiento:
Si es leve, desaparecerá al cabo del tiempo sin necesidad de
bajar.
En casos graves deberá ser analizado por un especialista.
Edema pulmonar
Si la aclimatación no es completa, no habremos aumentado lo
suficiente la cantidad de glóbulos rojos y en consecuencia estaremos enviando a
los pulmones más sangre de lo habitual, en un esfuerzo por compensar la escasez
de oxígeno. Este flujo puede romper vasos capilares y producir encharcamiento
en los pulmones.
-Prevención:
Adaptación gradual a la altura.
No realizar ejercicios violentos hasta conseguir una buena
aclimatación.
-Síntomas:
Dificultades respiratorias.
Tos persistente.
Expectoraciones mucosas.
-Tratamiento:
Cuando se sienta alguno de estos síntomas deberá procederse
a descender inmediatamente.
Edema cerebral
Se manifiesta cuando sucede un mal de altura muy agudo (a
altitudes importantes).
-Prevención:
Adaptación gradual a la altura.
Nunca intentar sobrepasar el límite de nuestras
posibilidades.
-Síntomas:
Cefaleas.
Alteraciones de la conducta.
Trastornos visuales.
Dificultad para hablar y moverse.
Vómitos.
-Tratamiento:
Descender de forma inmediata.
Problemas causados por el sol
Los rayos ultravioletas (U.V.) deterioran de manera
irreversible tanto los ojos como la piel. Los problemas que generan pueden ser
múltiples, desde irritaciones hasta la pérdida provisional de la visión, conocida
como "la ceguera del esquiador". Un dato a este respecto resulta
enormemente revelador: mientras la tierra refleja el 10% de la luz y el mar el
25%, la nieve lo hace la increíble cifra del 85%, aumentando además su
intensidad un 10% por cada 1.000 metros de altitud.
Quemaduras cutáneas
El reflejo que produce el sol sobre la nieve hace que el
esquiador reciba los rayos desde cualquier situación, por lo que todas las
partes del cuerpo que estén descubiertas estarán en riesgo de sufrir una
quemadura.
-Prevención:
Aplicación de cremas protectoras de alto factor, que además
incluyan protección total contra
los rayos ultravioletas.
Renovar la aplicación de crema varias veces a lo largo de la
jornada, cuidando en cada una de ellas de no dejar ninguna zona sin proteger.
-Síntomas:
Enrojecimiento de la zona.
Sensación de escozor.
Hipersensibilidad al roce.
Aparición de ampollas.
-Tratamiento:
Impedir por todos los medios que el sol de en la zona
afectada.
Quemaduras en los labios
Los labios pueden sufrir las mismas quemaduras que el resto
de la piel. Para evitarlo deberemos utilizar un protector labial que
aplicaremos varias veces a lo largo del día y especialmente después de comer o
beber.
Problemas en los ojos
Un día entero en la nieve sin ningún tipo de protección
ocular puede conllevar serios problemas para la vista, desde conjuntivitis
hasta la denominada "ceguera del esquiador" (que será más o menos
importante en función del tiempo de exposición de los ojos al sol).
-Prevención:
No olvidarnos nunca de las gafas y no quitárnoslas bajo
ningún pretexto.
En caso de que las perdamos, trataremos de ascender con los
ojos cerrados (si el terreno lo permite), abriéndolos alternadamente para
analizar si existe algún problema o dejándonos guiar por un compañero.
-Síntomas:
Enrojecimiento del ojo.
Lagrimeo.
Escozor.
Sensación de que tenemos algo dentro.
-Tratamiento:
Proteger el ojo de cualquier fuente de luz (cerrándolo si es
necesario).
No hay comentarios:
Publicar un comentario