JUAN OLIVER
Los
rescatadores aseguran que hay hombretones de 50 años curtidos por años
de experiencia en el mar que se echan a llorar cuando escuchan a lo
lejos el motor del helicóptero. Es lógico. De noche, a decenas de millas
de la costa y en plena tormenta, con olas de ocho metros y vientos de
40 nudos, el ruido del rotor es todo a lo que se puede aferrar un
navegante en peligro para intuir que va a poder contarlo. Claro que para
quienes van en el helicóptero ese instante representa lo contrario.
Justo cuando los de abajo los escuchan, empieza la parte más complicada
de su oficio: arriesgar sus vidas para salvar las de los demás.
«Todos
los trabajos son difíciles, pero la gente que se dedica a esto es muy
especial», cuenta Ricardo Omar Rey. Pilota el Helimer 210, el más grande
de los dos aparatos con que cuenta Salvamento Marítimo en Galicia, y
junto a su equipo acaba de realizar un simulacro de rescate en la ría de
Ares, en A Coruña. Hacen unos 16 al mes en colaboración con pesqueros,
mercantes, remolcadores, lanchas de salvamento, yates, veleros...
«Si
no te entrenas, te oxidas. Somos una veintena y tenemos que conocernos,
aceitar el sistema y detectar posibles errores para corregirlos»,
explica Ricardo. En el Helimer lo
acompañan un copiloto, un mecánico que opera también la grúa y dos
rescatadores. Uno hace de víctima en el ejercicio, que simula el auxilio
de un tripulante de un velero en peligro. Es el Oreus, un barco de algo
más de doce metros propiedad de la escuela de navegación Altavela, de
Sada, que patronea Ana Suero. «A nosotros y a nuestros alumnos nos
resulta muy útil conocer los procedimientos de rescate. Ojalá que no,
pero, ¿quién dice que algún día no vamos a necesitarlos?», dice.
Según
Jesús Iglesias, jefe del Centro de Coordinación de Salvamento de A
Coruña, uno de los 21 que hay repartidos por la costa española, las
embarcaciones de recreo «dan mucho trabajo, sobre todo en verano». Solo
entre el 15 de junio y el 15 de septiembre de este año, Salvamento
asistió en Galicia 56 emergencias relacionadas con la náutica deportiva,
con más de 190 personas implicadas. En toda España fueron más de mil
operativos y casi 3.000 personas. «No suelen ser emergencias graves,
pero las maniobras sobre un velero son muy complicadas porque tienen
cubiertas pequeñas, mástiles, cables... Por eso hay que ensayarlas
continuamente», añade Jesús.
http://www.helimer.es/content/as%C3%AD-se-entrenan-los-rescatadores
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