Día 13/02/2013 - 20.11h
Organizada por el Centro de Formación del SAMU
«La actividad no es un éxito para el espectáculo, sino para
que los profesionales aprendan a desenvolverse en estos ambientes»,
comenta Carlos Álvarez Leiva, director del SAMU de Sevilla, mientras que
los profesionales de las emergencias sanitarias recogen todo el
dispositivo montado para el simulacro de atención sanitaria tras un atentado terrorista.
La superficie que el SAMU tiene en la localidad de Gelves
ha servido para acercar la teoría a la realidad. El despliegue ha sido
de casi un centenar de profesionales procedentes de distintas instituciones, como especialistas en Traumatología del Hospital Virgen del Rocío, efectivos de la Policía Local de Gelves, miembros de la Agrupación número 1 de la Brigada Militar de Sanidad del Ejército de Tierra (Brisan), así como alumnos de Formación Profesional del ciclo de Grado Medio de Técnico en Emergencias Sanitarias de la Escuela de Emergencia SAMU o médicos y enfermeros alumnos del Máster en Urgencias, Emergencias, Catástrofes y Acción Humanitaria de la Universidad de Sevilla.
El dispositivo se ponía en marcha con una llamada al 112 de
una de las víctimas del atentado. Inmediatamente, desde el centro
coordinador dan aviso a la Policía Local que, una vez en la zona de la
catástrofe y tras comprobar la gravedad, pide más ayuda asistencial al
112 mientras procede al balizamiento de seguridad.
«Este ejercicio es de especial complejidad porque desde que ocurre el hecho hasta que se identifica el accidente, puede haber muchas víctimas», apunta Álvarez.
El despliegue continúa en la zona con la llegada de la
Unidad del Grupo de Sanidad del Ejército y el denominado Rescue, un
vehículo del SAMU para la atención de múltiples víctimas en catástrofes.
Y se instala un puesto de mando, que será vital en el éxito
con el que se desarrolle la acción. «Es fundamental que haya un puesto
de mando que distribuya todos los recursos, si no, se puede perder
efectividad», añade Juan Rey Naya, general jefe de la Brisan.
Una vez que todos los efectivos se han situado sobre el
terreno para la atención a un autobús con riesgo de contaminación
química, se establece una zona caliente para la descontaminación. En el
propio autobús se realiza la primera comprobación y se activa el nivel de emergencia número 2 Plus.
Y ya se comienza a sacar a las víctimas del autobús para
descontaminarlas y tratarlas en función de las heridas que presenten.
Incluso se pueden realizar las primeras intervenciones quirúrgicas en la
unidad preparada para ello.
«Hay que romper el esquema de la formación sobre pizarra y en aula»,
puntualiza el director del SAMU a la vez que adelanta que la próxima
actividad práctica se realizará en zonas confinadas o en altura, con un
rescate de alto riesgo.
Esta actividad, en la que estuve presente el alcalde de la
localidad, José Luis Benavente, fue seguida también por alumnos de los
CEIP Doña Rosa Fernández y Duques de Alba. Y concretamente la anécdota
del día fue protagonizada por una alumna de éste último, pues sufrió un
desmayo durante el transcurso. Según apuntaba Carlos Álvarez, «la gente
se suele aproximar a la realidad, se siente involucrada y ocurren este
tipo de situaciones», es por ello que siempre hay un equipo de apoyo
real.
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