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El derrumbe de las estructuras del World Trade Center (WTC) en Nueva York tras los atentados terroristas del 11 de Septiembre de 2001 fue el peor desastre en edificios registrado en la historia, con alrededor de 2800 muertos, 350 de los cuales pertenecían a los servicios de emergencia y rescate. En respuesta a esta tragedia, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) abrió una investigación de tres años para determinar las causas de los derrumbamientos.
El derrumbe de las estructuras del World Trade Center (WTC) en Nueva York tras los atentados terroristas del 11 de Septiembre de 2001 fue el peor desastre en edificios registrado en la historia, con alrededor de 2800 muertos, 350 de los cuales pertenecían a los servicios de emergencia y rescate. En respuesta a esta tragedia, el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) abrió una investigación de tres años para determinar las causas de los derrumbamientos.
Dentro de los informes generados por el NIST, que pueden consultarse en la página web NIST-WTC,
figuran una serie de análisis sobre el comportamiento de los sistemas
de radiocomunicaciones empleados por los servicios de emergencia durante
la catástrofe. Como parte del material para elaborar los informes, el
NIST analizó las grabaciones de las conversaciones radio del
Departamento de Policía, la Autoridad Portuaria y el Departamento de
Bomberos de Nueva York. Desde el año 2005, parte de esas grabaciones y
sus transcripciones están disponibles para el público y pueden
encontrarse en sitios web como el del periódico New York Times o en Internet Archive.
En el año 2001, el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) utilizaba un sistema PMR en la banda de UHF,
dividiendo la ciudad en 35 zonas. Casi todos los equipos portables
tenían programados un total de 20 canales, que permitían a los oficiales
de policía establecer enlaces en toda la ciudad. En los informes de
NIST se indica que este sistema PMR no sufrió ningún tipo de avería
durante las operaciones derivadas del 11-S. Este Departamento desplazó
además a la zona a varios helicópteros de su Unidad de Aviación, que
fueron incapaces de aterrizar en la azotea de las torres por el denso
humo originado por los incendios. La Policía utilizó dos repetidores durante las operaciones: el de la División 1 y el de el Departamento de Operaciones Especiales (NYPD SOD).
La Autoridad Portuaria de Nueva York (PAPD) tuvo a su cargo parte de las operaciones de seguridad y rescate, utilizando sistemas radio en UHF de
baja potencia. Cada uno de los 7 canales disponibles se utilizaba para
un emplazamiento específico y existía otro canal para comunicaciones
entre todos los emplazamientos. Se comprobó que no todos los equipos
portables tenían programados todos los canales disponibles. La
Autoridad Portuaria disponía además de un repetidor de gran elevación,
denominado “Canal 30 de la Autoridad Portuaria”o “Repetidor 7″,
instalado en lo alto del edificio número 5 del WTC (es decir, no estaba
en ninguna de las torres derrumbadas), tras los atentados del año 1993.
Aunque al parecer durante las operaciones se detectaron problemas en la
utilización de este repetidor, los análisis posteriores reflejan que no
dejó de estar operativo en ningún momento. Lo que parece que falló fue
la consola de control remoto del repetidor instalada en el Puesto de
Mando del hall del WTC-1, algo que no impidió el funcionamiento del propio repetidor.
El Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) utilizaba un sistema PMR en VHF con 5 repetidores para
cubrir distintas zonas: Manhattan, Brooklyn, Queens, Bronx y Staten
Island. Todos los repetidores compartían el mismo canal (pareja de
frecuencias) y el acceso a uno u otro repetidor se realizaba usando un
tono CTCSS distinto. También se disponía de un repetidor común para toda la ciudad y 5 canales de trabajo tácticos en simplex.
Los equipos de radio emitían además tonos de identificación de cada
unidad y de su estatus operativo, que se visualizaban en las consolas
CAD (Computer Aided Dispatch) de las centrales de operaciones. Se instalaron dos puestos de mando en los halls de
acceso a las dos torres principales. El Departamento puso en alerta a
un total de 214 unidades, 103 de las cuales estaban operando en la zona
antes de transcurrir 2 horas desde el primer impacto.
El Departamento de Bomberos desplazó además una furgoneta de comunicaciones (indicativo
“Field Comm”), que desafortunadamente casi no se utilizó y que
finalmente quedó destrozada tras el derrumbe de los edificios. Esta
furgoneta estaba dotada con un repetidor en banda cruzada UHF-VHF. Su objetivo era establecer enlaces en UHF con los puestos de mando instalados en los halls de
acceso a las dos torres principales y retransmitirlos a través de los
canales de VHF habituales del Departamento hacia los bomberos que
estaban trabajando en las plantas más altas. De las dos furgonetas de
este tipo disponibles, la principal estaba averiada y tuvo que
utilizarse la de respaldo, con el inconveniente de que esta última no
disponía de ningún canal de comunicaciones con los helicópteros de la
Policía.
A su llegada a las torres, personal del WTC facilitó a los bomberos radios de la Autoridad Portuaria,
ya que se conocía que tenían mejor cobertura dentro de los edificios.
No obstante, los bomberos también usaron sus propias radios, empleando
el Canal 5 para Mando y Control, el Canal 1 para operaciones en la Torre
Norte, el Canal 3 para operaciones en la Torre Sur y en algunos casos
el Repetidor 7 de la Autoridad Portuaria. Los canales simplex ofrecían cobertura hasta las plantas 30-40 y sufrieron una carga de tráfico muy elevada, por lo que algunos bomberos pasaron a utilizar el Repetidor 7.
Muchas ambulancias (EMS) y unidades de bomberos disponían además de
terminales de datos que empleaban canales independientes para
comunicarse con los sistemas CAD de las centrales de operaciones.
Los informes del NIST revelan que todos los
Departamentos implicados tuvieron problemas de distinta índole con sus
sistemas de radiocomunicaciones, causados por dos motivos principales:
por un lado, la elevada atenuación que las señales de
radio sufren en edificios de hormigón y acero, así como la propagación
multicamino. Y por otro lado, el incremento espectacular en el tráfico de comunicaciones radio.
Tras el primer impacto, el tráfico de radiocomunicaciones se multiplicó por 5
aproximadamente y posteriormente por 3, respecto a una situación de
normalidad. La primera consecuencia de este incremento es la dificultad
en la gestión de los mensajes. Por otro lado, del análisis de las
grabaciones se desprende que entre 1/3 y 1/2 del total de mensajes
radiofónicos no pudieron completarse o eran ininteligibles,
bien por problemas de cobertura, bien por la incapacidad de gestionar
tan elevado volumen de mensajes en los centros de control.
Otros factores que influyeron en la calidad de las radiocomunicaciones fueron los niveles de ruido de fondo existentes en el entorno del WTC, el estado de algunos de los equipos de radio empleados y las transmisiones múltiples de varios equipos en un mismo instante (provocando interferencias mutuas). De hecho, algunos pulsadores de micrófono (PTT) se quedaron accionados, provocando interferencias de forma continuada.
Esto provocó que la percepción de la situación (situational awareness),
es decir, el grado de precisión con el que la percepción de una persona
se corresponde con lo que está sucediendo realmente, no fuese óptima,
sobre todo en lo referente al personal que estuvo trabajando dentro de
las torres, algo que se complicó aún más porque el personal que estaba
fuera de servicio y se desplazó a la zona de motu propio para colaborar
no disponía de ningún tipo de equipo de radio.
Las comunicaciones del Departamento de Policía no se
degradaron demasiado porque solamente había 6 equipos de emergencia
(ESU) trabajando en un mismo canal y sus puestos de mando instalados en
el perímetro de seguridad disponían de mayor línea de visión directa con
las torres. El empleo de radios de UHF facilitó además la penetración de las ondas de radio en los edificios.
Las comunicaciones del Departamento de Bomberos se degradaron en mayor medida, principalmente por el uso de la banda de VHF,
que tiene peores condiciones de propagación dentro de los edificios.
Como mejora operativa al uso de canales VHF en simplex, el Departamento
de Bomberos adquirió con posterioridad un repetidor transportable.
El tiempo medio de cada transmisión no varió
significativamente respecto a una situación de normalidad, pasando de
3,8 seg a 3,3 seg en las comunicaciones de la PAPD, de 3,8 seg a 3,1 seg
en FDNY y de 1,9 seg a 3,4 seg en NYPD, demostrando una gran disciplina en
las comunicaciones, dirigidas además en todo momento desde las
centrales de operaciones, tal y como puede comprobarse en las
grabaciones.
Otra de las conclusiones del informe se refiere a la interoperabilidad,
ya que ninguna de las radios de cada uno de los Departamentos
implicados tenía la posibilidad de establecer comunicaciones con las
radios de los demás Departamentos. Por ejemplo, aunque las unidades de
aviación de la Policía detectaron que las torres podían derrumbarse
minutos antes de que esto sucediera, fueron incapaces de transmitir esta
información a los bomberos que trabajaban dentro de las mismas.
Como solución a los problemas de interoperabilidad, algunos expertos
sugieren la implementación de Sistemas de Mando para Incidentes (ICS),
es decir, puestos de mando avanzados con representantes de todos los
departamentos que intervienen en la emergencia. Otra solución
tecnológica puede ser la utilización de la funcionalidad de reagrupamiento dinámico
disponible en las redes troncales modernas (TETRA/TETRAPOL), que
permite asignar canales comunes a todos los departamentos que
intervienen en una misma emergencia.
El NIST recomienda además realizar inspecciones rigurosas
de los sistemas de comunicación de los servicios de emergencia en los
edificios de gran altura, para localizar posibles puntos de fallo.
En lo referente a las telecomunicaciones públicas, los
informes indican que momentos después del impacto del primer avión se
registró la saturación de los sistemas telefónicos. Solamente tras el
primer derrumbamiento algunas de las líneas terrestres y de telefonía
móvil quedaron completamente destruídas.
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