Diseñado por la UALSAN, incluye agentes hemostáticos para cortar hemorragias
Los
cinco minutos inmediatamente posteriores a un ataque son vitales para
la supervivencia de los heridos. Las estadísticas que maneja el Ejército
norteamericano revelan que dentro de ese tiempo, recibir atención
sanitaria puede incrementar sus posibilidades de sobrevivir hasta en un
50 por ciento. En esos momentos decisivos, tener al alcance de la mano
material básico de asistencia puede salvar una vida.
Con esa idea en la cabeza se ha diseñado el botiquín individual de
combate, la última aportación al concepto de sanidad operativa que se
está impulsando. La filosofía es sencilla: atender al herido en el mismo
momento y lugar donde se produzca el incidente, y que pueda hacerlo el
propio compañero aunque carezca de formación sanitaria. Es un botiquín
que está enfocado al soldado, especialmente al que se encuentra en zona
de operaciones. De hecho, la idea de crear este nuevo modelo partió de
las experiencias y necesidades que se detectaron en la misiones en el
exterior. Los componentes de la Unidad de Apoyo Logístico Sanitario
(UALSAN), encargados de las revistas técnicas de todo el material
sanitario que se envía a zona, se percataron de la falta de un botiquín
específicamente diseñado para el combatiente. Sabían que otros ejércitos
como el americano o el alemán lo tenían, y empezaron a trabajar en
ello. España contaba hasta ahora con el botiquín individual, que no
estaba pensado para afrontar situaciones como las que a veces se
presentan en países como Afganistán. Ese espacio ha venido a llenarlo el
nuevo modelo que no sustituirá al anterior, puesto que están ideados
para fines diferentes y son distintos en contenido y continente.
La versión española del botiquín individual de combate incorpora lo
último en atención de primeros auxilios del mercado mundial. De hecho,
tres de los productos que contiene (los guantes, el Celox y el spray
desinfectante) han llegado por primera vez a España de la mano del
Ejército.
Unas 300 unidades ya se han enviado a Afganistán, y el curso de
formación para su utilización se ha impartido directamente en zona. El
objetivo es que, en un breve período de tiempo, todos los efectivos
destinados en el exterior cuenten con uno, para lo que está previsto
fabricar 5.000 botiquines en los próximos seis meses.
Nuevo por fuera y por dentro
Lo
novedoso del botiquín comienza por el exterior. La bolsa, cuyo diseño
está actualmente en estudio en Afganistán, se asimila a una mochila
pequeña. Cuenta con sistema de enganche rápido, y ofrece gran
versatilidad de sujección: puede colocarse en el cinturón, en la pierna o
en el chaleco. Tiene un bolsillo exterior de velcro, donde se colocan
un par de guantes a prueba de rasgaduras y pinchazos, fabricados con
nitrilo de alta resistencia. En el interior todo está perfectamente
sujeto por gomas. Entre los elementos que porta destaca el Celox. Este
producto, cuya base es el chitosan -una sustancia que se extrae del
caparazón de una caracola marina-, es capaz de detener una hemorragia,
incluso de origen arterial. En el botiquín, aparece en tres formatos (en
aplicador, en sobre y en una venda impregnada) que pueden combinarse en
función del tipo de herida. Por ejemplo, en el caso de una herida
penetrante como la causada por una bala, lo ideal sería comenzar
introduciendo el Celox con el aplicador en el orificio y combinarlo
después con el sobre, para terminar recubriéndolo todo con el vendaje de
emergencia. Esta venda incorpora un enganche que facilita su colocación
e impide que se mueva.
Otro de los artículos de última generación es el spray protector. A
diferencia de la mayoría, no tiene base alcohólica, por lo que puede
usarse sobre mucosas como ojos y boca. Sirve para neutralizar el posible
contagio de infecciones o enfermedades como la hepatitis o el VIH.
Otras novedades en sanidad operativa
Durante este año se han incorporado al material sanitario militar
otros artículos que responden a la filosofía de la sanidad operativa.
Entre ellos destacan:
- pocket CRP: este artilugio electrónico de tamaño bolsillo sirve de
ayuda para realizar la reanimación cardiopulmonar. Colocado sobre el
pecho de la víctima, indica la frecuencia y la intensidad del masaje, y
si es o no la adecuada.
- férula maleable para inmovilizaciones, similar a una escayola pero no necesita agua.
- mascarilla de oxígeno de alta seguridad. Garantiza que no se
descoloca durante el traslado gracias al sistema de sujeción a la
cabeza.
- succionador para venenos con rasurador y diferentes aplicadores para adaptarse al tamaño de la picadura.
Para personal facultativo:
- bomba de infusión portátil
- laringoscopio de plástico, más ligero, con luz, y de usar y tirar.
- férula de tracción para reducir e inmovilizar una fractura, portátil y de poco peso.
ejercito.mde.es
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